Hoy pisaremos terreno pantanoso. Nos adentraremos en el fascinante mundo de las religiones, sus libros y sus traductores.
Empezaremos por un clásico, la Biblia, quién no ha oído hablar de ella, quién de nosotros no ha leído algún pasaje en la escuela. Los que hemos ido a colegios religiosos lo sabemos bien.
El error de traducción más famoso, es el de la “Virgen María”, al parecer el traductor del hebreo al griego, tradujo “mujer joven” (almah) por “virgen” (bethulah), apareciendo virgen (parthenos) en la traducción al griego. Todos conocemos lo que ha dado de sí ese error; alguna guerra habrá provocado.
Pasemos a uno menos conocido, Ibn Warraq defiende que la famosa promesa de las setenta y dos vírgenes para cada mártir musulmán, es una mala traducción; y que realmente eran setenta y dos “uvas pasas de claridad cristalina”, más de un mártir se lo hubiera pensado dos veces de saber esto.
Mejor no hagamos chistes. Para que luego creáis todo lo que pone en los libros.
Empezaremos por un clásico, la Biblia, quién no ha oído hablar de ella, quién de nosotros no ha leído algún pasaje en la escuela. Los que hemos ido a colegios religiosos lo sabemos bien.
El error de traducción más famoso, es el de la “Virgen María”, al parecer el traductor del hebreo al griego, tradujo “mujer joven” (almah) por “virgen” (bethulah), apareciendo virgen (parthenos) en la traducción al griego. Todos conocemos lo que ha dado de sí ese error; alguna guerra habrá provocado.
Pasemos a uno menos conocido, Ibn Warraq defiende que la famosa promesa de las setenta y dos vírgenes para cada mártir musulmán, es una mala traducción; y que realmente eran setenta y dos “uvas pasas de claridad cristalina”, más de un mártir se lo hubiera pensado dos veces de saber esto.
Mejor no hagamos chistes. Para que luego creáis todo lo que pone en los libros.
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