Con la nueva Ley de Servicios
Profesionales, nuestro gobierno ha desatado una guerra, al liberar
atribuciones y permitir a los ingenieros con competencias en
construcción proyectar edificios de viviendas, ha puesto en pie de
guerra a los arquitectos. Hay que reconocer que los arquitectos
siempre han mirado por encima del hombro a los ingenieros, y había
cierto pique. Pero recordemos que es un proyecto de ley, no está aprobada y todavía se puede modificar.
Los ingenieros alegan que hasta ahora
se les ha puesto en segundo plano, y que los arquitectos en muchos
casos sólo hacen el proyecto general y delegan los cálculos. Ya
conocéis la crítica típica, si un ingeniero puede firmar un
edificio de oficinas en un polígono, no es lógico que no pueda
hacer lo mismo en una ciudad.
Algunos defienden que se deberían
firmar los proyectos por separado, es decir debería haber un
proyecto general firmado por un arquitecto, luego un cálculo de
estructura por un ingeniero, luego las instalaciones, etc.
El caso es que si se aprueba la ley los
ingenieros podrán firmar viviendas como los arquitectos. Con los
arquitectos técnicos pasa algo similar, ahora la dirección de obra
la podrá llevar además un ingeniero, arquitecto o ingeniero
técnico, cuando antes ellos la tenían reservada si el proyecto iba
firmado por un arquitecto.
Yo pienso que la liberación es buena,
siempre que no sea en exceso, cualquier ingeniero que sepa construir
no debería tener problemas con una vivienda, y respecto a la
habitabilidad y estética, bueno, sólo hace falta darse un paseo por
cualquier ciudad y ver las chapuzas que hacen algunos arquitectos. Y
no hablemos de los arquitectos estrella como Calatrava, que hace
edificios bonitos desde fuera pero no muy habitables por dentro.
Otra crítica de los arquitectos y esta
más lógica, es la que sólo libera en un sentido, los ingenieros
pueden hacer lo de los arquitectos pero no al revés. Aunque no es
del todo cierta, puesto que los arquitectos pueden firmar
construcciones en otro ámbitos. Algunos piden que se les deje firmar
maquinaria y demás, a veces olvidan que los ingenieros tienen muchas
especialidades, y las afectadas serán las de construcción. No vamos
a poner a un ingeniero químico a firmar proyectos de vivienda, eso
sí sería una barbaridad. Aquí llegamos al punto en el que los
ingenieros industriales pedirán la firma para todos, por tener
atribuciones plenas. Ahí el legislador debería limitar la firma
sólo a las especialidades que sean de construcción. Yo no soy
partidario de que todos firmen todo, por algo hay especialidades.
En este país se debería valorar más
el yo se hacer que el yo soy, pero con la titulitis que tenemos,
muchas discusiones se zanjan con un yo soy … pero sin argumentar
nada. Lo importante es aprender, y estudiar esto u otro debería ser
por lo que vas a aprender no por lo que va a permitir firmar.
Quizás los títulos no deberían
incluir atribuciones, y para conseguir éstas se debería aportar
experiencia (Reino Unido, Suiza) o pasar unos exámenes de
habilitación (Grecia, Italia). ¿Os imagináis que todo se obtuviera
con un examen de habilitación? Universidades vacías y academias
llenas.
Y si los arquitectos se quejan que no
dirán los informáticos, que es este proyecto de ley no se
consideran ingenieros aunque en un acto de inusitada generosidad se
les permitirá seguir incluyendo la palabra ingeniero en sus títulos.
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