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martes, 19 de marzo de 2013

RESCATE DE MUSSOLINI: ASALTO A GRAN SASSO (Skorzeny, Student y Mors)

Uno de los hechos de la Segunda Guerra Mundial menos conocidos, pero bastante audaz, fue el rescate de Mussolini de su prisión en Gran Sasso por paracaidistas alemanes. Para esta entrada me he guiado principalmente del libro de Greg Annussek “Comando de Rescate” y del libro de Otto Skorzeny “Misiones Secretas”.

La caída de Mussolini

Abandonada África e invadida Sicilia, la poca fe del pueblo italiano en Mussolini se había venido abajo. El 25 de julio de 1943, el Gran Consejo Fascista (grandilocuente nombre para un grupo de aduladores de Mussolini) destituyó a Mussolini como líder fascista, Pietro Badoglio y el rey de Italia Víctor Manuel III estaban esperando una oportunidad como ésta, y aprovechando la confusión al día siguiente destituyeron a Mussolini y lo arrestaron.

Otto Skorzeny

Skorzeny era un capitán de las SS con formación en ingeniería (llevaba toda la guerra trabajando en unidades de ingenieros del ejeŕcito) que acababa de ser elegido para formar una unidad de comandos SS, inspirada en los comandos británicos. Hitler preocupado por Mussolini y convencido que Badoglio y Víctor Manuel pensaban abandonar el Eje, encargó a Skorzeny, un oficial de dos metros y con una cicatriz que le atravesaba la cara (recuerdo de un duelo en su juventud) que localizara y rescatara a Mussolini (Operación Roble, en alemán Unternehmen Eiche)

Kurt Student

Student era el famoso general alemán que dirigió el asalto a Creta, y fue destinado a Italia con su división de paracaidistas en previsión de un abandono de Italia. Recibió el encargo que ayudar a Skorzeny con medios materiales y humanos. La búsqueda fue ardua, Mussolini fue trasladado varias veces; primero a la isla de Ponza cerca de Nápoles, seguidamente la isla de la Maddalena al norte de Cerdeña, de donde fue trasladado dos días antes de una operación de rescate alemana y finalmente fue confinado en el Hotel Campo Imperatore en el Gran Sasso de Italia.

Harald Mors

Mussolini se encontraba en un hotel, custodiado por 200 policías y carabineros. El hotel estaba aislado y sólo había comunicación por teleférico. Así que los alemanes planearon un ataque con paracaidistas empleando planeadores que aterrizarían en un pequeña explanada frente al hotel. Se descartaron los paracaídas porque con la tecnología de la época se tendían a dispersar demasiado sobre el objetivo. El aterrizaje tendría una dificultad mayor que en el asalto a Eben-Emael. El comandante Harald Mors realizó los preparativos, habría dos ataques, uno con planeadores sobre el hotel, aterrizarían uno a uno con intervalos de un minuto. Un segundo ataque por tierra tomaría el teleférico y enviaría refuerzos si fuera necesario. El propio Mors dirigiría el grupo del teleférico, mientras que el teniente von Berlepsch dirigiría los planeadores, Skorzeny y sus hombres irían como invitados en uno de los planeadores. La fecha del asalto fue el 12 de septiembre de 1943, la hora prevista eran las 7 horas pero se retrasó hasta las 14 horas. Italia capituló el 8 de septiembre, entre los términos de la capitulación estaba la entrega de Mussolini, pero Víctor Manuel y Badoglio, la demoraron probablemente a la espera de ponerse a salvo de los alemanes y evitar posibles venganzas.

La anécdota

Como el ataque era arriesgado y tenían miedo que Mussolini fuera asesinado antes de ser rescatado (Badoglio había dado orden de matar a Mussolini antes de caer en manos alemanas), se decidió llevar un general italiano en el grupo para causar desconcierto entre los guardias italianos. La idea fue de Radl el ayudante de Skorzeny y para la ocasión se convenció al general de carabineros Fernando Soleti. Éste aceptó gustoso la oferta, hasta que en el momento de partir viendo los planeadores preguntó para qué eran y le dijeron que la idea era aterrizar en ellos en Gran Sasso, primero pensó que era una broma, pero cuando comprendió la realidad del plan se puso enfermo, se desmayó y hubo que llamar a un médico. Finalmente se subió a los planeadores a punta de pistola.

Las diferentes versiones

El aterrizaje fue más complicado de lo esperado, al preparar el ataque con poco tiempo, no se realizó un concienzudo reconocimiento y resultó que la explanada de aterrizaje tenía una pronunciada pendiente lo que complicaba el aterrizaje. Durante el viaje el planeador líder al mando del teniente von Berlepsch, según Skorzeny se desvió para esquivar un monte y gracias a eso Skorzeny fue el primero en aterrizar, según los paracaidistas fue una maniobra del planeador de Skorzeny la que desvió a von Berlepsch. Independiente de la versión, fue Skorzeny el primero en aterrizar, en su planeador iba el general Soleti que salió a punta de pistola, los italianos que habían capitulado unos días antes, entre la sorpresa y la precaución de los alemanes que no dispararon un sólo tiro, debieron pensar que no merecía la pena morir después de una rendición y no ofrecieron resistencia. Milagrosamente sólo hubo unos heridos alemanes al estrellarse un planeador alemán, nuevamente una doble versión, Skorzeny lo achaca a un accidente por la dificultad del aterrizaje y las malas lenguas a un producto de la maniobra de Skorzeny para ponerse delante.

¿Poniendo a salvo a Mussolini?

Para sacar a Mussolini del Hotel se empleó un Fieseler Fi 156 Storch “Cigüeña”, un avión ligero de enlace. Skorzeny se empeñó en viajar junto con el piloto (Heinrich Gerlach, piloto personal de Student) y Mussolini, el avión era de dos plazas y Skorzeny medía dos metros, lo que suponía un peligroso sobrepeso para el avión y la ausencia de espacio para despegar. Gerlach se jugó la vida para despegar, dejando caer el avión por un precipicio para coger velocidad, ya que la pista de despegue era demasiado corta. Fue una locura de Skorzeny empeñarse en acompañarlos, que puso en riesgo toda la operación. La excusa que da en su libro, es que si le pasaba algo a Mussolini no iba a poder presentarse ante Hitler, así que mejor morían todos juntos.

La polémica

Skorzeny se anotó el éxito de la misión, dejando en segundo plano a Student y Mors, alegaban éstos que Mors planificó toda la operación y Skorzeny participó sólo como invitado. Student y Mors no se lo perdonaron y aún en los años 70 Student lo recordaba con amargura en una entrevista. Aunque llegaron a protestar formalmente, Göring cortó las protestas para que no llegaran a oídos de Hitler. Todos fueron condecorados, pero Skorzeny pasó como el gran héroe del rescate. En mi opinión los verdaderos héroes fueron los pilotos de los planeadores DFS-230, que consiguieron unos aterrizajes casi imposibles.

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