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sábado, 3 de noviembre de 2012

EL TERCER HOMBRE

Un escritor de novelas del oeste (Joseph Cotten) llega a la Viena de posguerra dividida por los aliados, ante el ofrecimiento de empleo de un amigo (Orson Welles). Una vez en Viena descubre que su amigo ha muerto en circunstancias sospechosas y aunque el policía militar (Trevor Howard) encargado de la investigación, intenta que se vaya se queda a investigar ayudado por la novia de su amigo (Alida Valli).

Una sinopsis típica no dice mucho. Realmente la cítara de Karas (un músico callejero que tocaba en bares y acabó como estrella) te mete desde el primer momento en ambiente, te arrastra por la película junto al inocentón Holly Martins (Joseph Cotten, que lo borda) a investigar la muerte de su amigo. Quizás no tan amigo, porque durante la película piensa en matarlo cuando se entromete.

Harry Lime (Orson Welles), el malo al que todos adoramos, ese pillastre que nos encandila como un niño travieso, pero que es malo, egoísta y despiadado hasta la médula, pero que nos mete a todos en el bolsillo. Un papel perfecto, como dijo el propio Welles, sólo sales en menos de media película, pero el resto del tiempo no paran de hablar de ti. Y que decir de la mítica escena del reloj de cuco aportación de Orson Welles “en Italia en 30 años de dominación de los Borgia sólo hubo crímenes y guerras, dió lugar a Miguel Angel, Da Vinci, y el Renacimiento, en cambio los suizos en 400 años de paz, solo han creado el reloj de cuco”, el reloj de cuco es alemán, así que ni eso.

Y pensar que se barajó la posibilidad de James Stewart para el papel de Holly Martins y Cary Grant para el de Harry Lime, aunque son excelentes actores creo que Joseph Cotten y Orson Welles habían nacido para sus papeles.

Nuestro recto y serio policía, el mayor Calloway (Trevor Howard), al que todos acabamos odiando y eso que es el único personaje intachable de la película.
Alida Valli y Joseph Cotten en una escena
Y la chica, Anna (Alida Valli), enamorada del malo, abnegada y leal a su manera, deseada por el bueno y metida en líos hasta el cuello. El mismo Welles aseguraba que cada vez que volvía a ver la película se arrepentía de no haber intentado nada con ella.

Y que decir del final, sin esperanza, que no estaba previsto en el guión original de Graham Greene, con el pobre Holly Martins contemplando como Anna se va, sin desviar ni siquiera la mirada, con la música de Karas de fondo. Ya sabéis lo que dicen, hay dos finales en el cine, el de “Casablanca” y el de “El Tercer Hombre”, la mayoría prefiere el de “Casablanca”, los mejores preferimos “El Tercer Hombre”.

Todo ello dirigido por Carol Reed, sí por él, porque aunque las malas lenguas durante años han dicho que Orson Welles fue el verdadero director, el mismo Welles ha asegurado siempre que todos los planos los rodó Carol Reed. El desconocido Anton Karas saltó a la fama por la música, le hicieron firmar la renuncia a los derechos de la melodía pero con el éxito los productores se apiadaron y le dieron parte de los beneficios, eran otros tiempos.

Una película que lo tiene todo, de las que ya no se hacen, y en la que todos pierden, menos uno, el policía se sale con la suya, quizás por eso nos cae tan mal. Si os consideráis amantes del cine no podéis dejar de verla.




El tercer hombre
(1949)
Orson Welles
Joseph Cotten
Alida Valli
Trevor Howard

Guión: Graham Greene
Música: Anton Karas
Director: Carol Reed


3 comentarios:

  1. Siguiendo con Welles no dejes de ver Sed de mal y su famoso plano secuencia del principio de la película :)

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  2. ¿Nada que decir de la banda sonora?

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    1. La verdad es que la pasé por alto, sólo mencioné que la cítara de Karas te arrastra por la historia. La banda sonora la veo perfecta encaja con la película y no te la puedes imaginar con otra música. Tiene ese toque que la hace especial. Un toque exótico para una Viena que sólo existió durante unos pocos años, las ruinas y cascotes son decorados, estaban cuando visitiron la ciudad para preparar el rodaje, pero cuando rodaron la película ya habían desaparecido.

      Añadir que Anton Karas era un músico que tocaba en un bar y que lo conocieron cuanda visitaban Viena para preparar el rodaje. Creo que fue Carol Reed el que quedó prendado de su música.

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