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martes, 25 de noviembre de 2025

La Proeza Olvidada: La Batalla del Cabo Celidonia (1616)

El Mediterráneo, a principios del siglo XVII, era un tablero de ajedrez donde las potencias europeas y el Imperio Otomano se disputaban la supremacía. En este contexto de conflicto constante, una batalla naval se destacó por su asombrosa disparidad y su resultado inesperado: la Batalla del Cabo Celidonia.


Un Desafío de David contra Goliat

El 14 de julio de 1616, cerca del cabo Gelidonya (en la costa meridional de la actual Turquía, Anatolia), una pequeña escuadra española se encontró cara a cara con una flota otomana abrumadoramente superior.

  • La Escuadra Española: Solo cinco galeones y un patache, bajo el mando de Francisco de Rivera. Los galeones, barcos de vela con gran poder artillero, eran la vanguardia tecnológica de la marina occidental.

  • La Flota Otomana: Una imponente armada de 55 galeras, naves impulsadas principalmente por remeros, que portaban alrededor de 12.000 hombres.

La diferencia era tan descomunal que, de entrada, la retirada parecía la única opción lógica. Sin embargo, Rivera, un marino de carácter audaz al servicio del ambicioso Duque de Osuna (Virrey de Sicilia), decidió plantar cara.


Táctica y Tecnología: La Clave de la Victoria

La batalla se prolongó durante tres días, del 14 al 16 de julio de 1616, y se convirtió en un choque de dos filosofías navales:

  1. La Artillería de los Galeones: Los galeones españoles eran plataformas de fuego flotantes, capaces de disparar descargas continuas y devastadoras de sus numerosos cañones. El capitán Rivera incluso ordenó encadenar sus barcos para formar una línea defensiva inamovible, maximizando su potencia de fuego.

  2. El Abordaje de las Galeras: Las galeras turcas, al ser más bajas y rápidas, buscaban anular la superioridad artillera de los galeones cerrando distancias para realizar el clásico abordaje con sus miles de soldados y jenízaros.

La estrategia de Rivera y la superioridad del armamento pesado occidental se impusieron. Los cañones de los galeones como el Concepción (nave capitana) hicieron estragos en la escuadra otomana antes de que pudieran acercarse lo suficiente para el abordaje.



El Asombroso Resultado

El desenlace fue una victoria rotunda para la pequeña escuadra española:

  • Pérdidas Otomanas: Se estima que más de 10 galeras fueron hundidas y 23 quedaron inutilizadas, con miles de bajas.

  • Pérdidas Españolas: Las bajas fueron mínimas, con solo 34 muertos y 93 heridos, aunque los galeones sufrieron graves daños estructurales.

La Batalla del Cabo Celidonia demostró de manera contundente la superioridad del galeón artillado sobre la galera tradicional en el combate en mar abierto. Fue una hazaña audaz que resonó en las cortes de toda Europa, elevando la moral de las potencias cristianas y marcando un hito en la historia naval.

A pesar de su magnitud y significado estratégico, hoy en día es una proeza a menudo olvidada, que merece ser recordada como una de las gestas más brillantes de la marina española del Siglo de Oro.

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