Una crítica fuerte hacia GNU/Linux es la diversidad de distribuciones, muchos consideran que esta dispersión despista a los nuevos usuarios y los desanima de iniciarse en el sistema. Hay una corriente de opinión que defiende que debería haber una unificación de distribuciones. La entrada de hoy la dedicaremos a demostrar que la dispersión es inevitable y no se puede hacer nada por eliminarla.
Primero explicaremos que es GNU/Linux, lo que conocemos como GNU/Linux es un conjunto de “programas” que unidos producen un conjunto que llamamos sistema operativo, básicamente es un kernel+programas del sistema+sistemas de ficheros+motor gráfico+gestor de ventanas (lo que vemos en pantalla y muchos asocian con el sistema operativo)+aplicaciones, haciendo una simplificación. Realmente el nombre de Linux es el del kernel y se ha extendido al todo. Se le conoce como GNU/Linux debido a que muchos de los programas del sistema los suministra el proyecto GNU.
Gracioso mapa del mundo Linux |
En el paso anterior está la imposibilidad de reducir las distribuciones a una, supongo que los más avezados ya se habrán dado cuenta. Si los programas están disponibles en internet y según las licencias libres no se puede prohibir su copia o distribución, es imposible evitar que cualquier experto en la materia se construya su propia distribución y la reparta. Algunos piensan que un gran número de distribuciones es una muestra de la salud del ecosistema y que si su número se redujera en exceso sería síntoma de un problema.
Listado de distribuciones más populares |
Llegado a este punto vemos que esa variedad de distribuciones es intrínseca con el modelo de desarrollo de Linux y eliminarla sería eliminar la esencia del sistema. Si quieres un sistema controlado dictatorialmente ya hay un par de opciones muy famosas, Apple OS y Windows, la primera de ellas te dice hasta el hardware en la que lo puedes instalar y hasta el tipo de ratón que debes usar. Ya sabéis “en la variedad está el gusto”.
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