Todavía retumba a lo lejos la campaña electoral de las últimas elecciones, y aunque desconecté todo lo posible llegó a mis oídos parte del ruido producido, entre ello lo referente al comunismo, a su ataque o defensa, y como algunos consideran a todo anticomunista un fascista en potencia.
He recordado a George Orwell y sus dos obras “Rebelión en la granja” y “1984” consideradas como anticomunistas (no creo que se le pueda tachar de fascista), así como una biografía de León Trotsky (Joshua Rubinstein) que he leído recientemente.
Rebelión en la granja
Es básicamente la revolución rusa con animales de granja, sería el relato de como los bolcheviques se convirtieron en aquello que querían destruir, traicionando y pervirtiendo la revolución, dejando al pueblo en la estacada.
1984
Es una obra más abstracta, refleja una opresiva dictadura personalista. En el año de su publicación se la consideró una crítica al estalinismo. Leída ahora parece un retrato de Corea del Norte. Otra gente (generalmente de izquierdas y “progresistas”) le da una visión más amplia e intenta comparar el mundo de 1984 con las democracias actuales y la vigilancia por parte de los estados. Yo veo más peligro en Google, Apple y Microsoft que en los estados.
León Trotsky
Leer su biografía me permitió ver su evolución personal y la evolución de la revolución, contemplar al idealista de sus primeros años y como se va uniendo a Lenin cuando lo denostaba en un principio. Como pasó de ser un puente con los mencheviques a odiarlos. Y como transcurrió la revolución de octubre (calendario juliano, por el nuestro fue en noviembre) que no fue contra el Zar (que ya había abdicado y estaba encerrado en su palacio) sino contra los moderados. Éstos intentaban crear un gobierno a imagen de Francia (república) o Gran Bretaña (monarquía parlamentaria), pero los bolcheviques lo sabotearon, cuando este gobierno estuvo atrapado entre la extrema derecha y los bolcheviques éstos dieron un golpe de estado y llevaron el país a la guerra civil y a la férrea dictadura que acabó con los años sometiendo no solo a Rusia sino a toda europa oriental. Solo hay que ir a Hungría, Polonia, Chequia o Eslovaquia y preguntar que opinión hay allí de los comunistas.
En resumen
La imagen que he sacado de los comunistas es la de traidores de la revolución y carceleros del pueblo ruso. Y su cacareada dictadura del proletariado era simplemente el partido arriba y el pueblo abajo (se limitaron a sustituir a la nobleza zarista por la burocracia el partido). Veo al comunismo y al fascismo como muy similares y no como algo opuesto. No debemos olvidar que todos los partidos comunistas de Europa eran sucursales de Moscú y defendían sus intereses (los del partido no los del pueblo ruso). Personalmente el comunismo me ha parecido siempre una secta, una religión de la que Marx (Karl no Groucho) sería su profeta, pero bueno es una opinión personal. Lo importante es que si los países del este de Europa no tienen demasiado buen recuerdo por algo será, solo Rusia tiene cierta añoranza del imperio rojo y uno piensa que lo que añoran, es el imperio.
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