Durante
la Segunda Guerra Mundial se cometieron muchos crímenes, algunos
bien conocidos como los cometidos por los derrotados, que aunque
hemos visto y leído muchas veces no dejan de sorprender y
escandalizar.
Pero
hay otros que apenas han trascendido y que se mantienen escondidos
como un tabú, de los que nadie habla y de los que es difícil
encontrar información. Entre ellos están los crímenes de los
vencedores inferiores en crueldad, pero crueles al fin y al cabo. Y
luego está el caso que nos trae hoy, los supuestos crímenes de
Eisenhower que han enfrentado a los investigadores.
En
los años previos a la Primera Guerra Mundial, se firmaron las
célebres convenciones de Ginebra sobre el trato a los prisioneros,
dónde se garantizaba que los prisioneros serían retenidos en
barracones o instalaciones similares a los de la tropa, con la misma
alimentación, que se les permitiría enviar cartas y ser visitados
por la Cruz Roja.
Hacia
marzo de 1945 con la guerra en Europa dando sus últimos coletazos
los norteamericanos se sacaron de la manga la condición Fuerzas
Enemigas Desarmadas (FED), la idea partió de Eisenhower, con esta
denominación se excluyó a las tropas capturadas en los últimos
meses de la convención de Ginebra y de la condición de prisioneros
de guerra, y por órdenes de Eisenhower se recluyó a millones de
prisioneros en campos sin instalaciones, sin comida y sin el control
de la Cruz Roja.
Los
ingleses no participaron en esta acción y trataron a sus prisioneros
según las convenciones internacionales. Al parecer Patton
desobedeció la orden y ordenó liberar a los prisioneros en cuanto
se firmó la rendición, pero en gran parte del frente americano se
respetaron las órdenes de Eisenhower.
La
cifra de muertos es variable, las cifras oficiales tanto en Estados
Unidos como en Alemania dan un número de entre cinco y diez mil
muertos, los cual es normal teniendo en cuenta el número de
prisioneros. Pero hay otras fuentes que elevan esta cifra a entre
800.000 y un millón, lo cual tiene otro nombre. Es una historia
controvertida, para algunos un crimen de guerra, para otros un
invento y una hábil manipulación de cifras. Veamos los argumentos
de cada uno.
El
criminal Eisenhower
Unos
de los investigadores que apoyan estas segundas cifras es James
Bacque en su libro “Otras pérdidas”. Al parecer si se hace
recuento de las bajas alemanas en los archivos y las bajas reales,
faltan un millón de soldados alemanes, lo cual es una cifra
demasiado alta para explicarla como un problemilla de cuadrar
números, teniendo en cuenta lo meticulosos que son los alemanes.
Hay
testimonios individuales de soldados en esos campos que confirman la
inexistencia de alimentación regular, letrinas e incluso barracones.
También hay testimonios de como se detuvo la comida que enviaba la
Cruz Roja desde Suiza.
Pero
también se sabe que no existen archivos, no se guardaron o fueron
destruidos, y nunca se investigó. En la práctica Alemania
Occidental se convirtió en una colonia americana y Alemania Oriental
en una colonia rusa. Rusos y americanos se echaron la culpa de los
alemanes desaparecidos. El tiempo ha borrado los rastros y hasta los
recuerdos.
Eisenhower
descendiente de judíos emigrados desde Alemania en el siglo XIX,
siempre fue famoso por su odio a los alemanes y nunca lo ocultó.
Bacque
simplemente malinterpreta los datos
Los
defensores de Eisenhower, han atacado las cifras de Bacque y su falta
de seriedad, recalcando que no se trata de un historiador
profesional, aunque no han resultado tan convincentes como se podía
esperar.
Alegan
que la diferencia de cifras se debe a los Volkssturm, estos eran
tropas auxiliares reclutadas a última hora entre mayores de 60 y
menores de 16. No se les liberó con un alta formal y se calcula en
torno a los 600.000 su número. Estas fuentes elevan las muertes en
los campos americanos a 35.000, un 3% de los prisioneros, se
considera normal 1-2% de los prisioneros, vemos que las cifras son un
poco más elevadas de lo normal pero nada preocupante.
Respecto
a los trenes de comida de la Cruz Roja, estos se devolvieron para
destinarlos a la población civil. Y los defensores de Eisenhower
alegan que aunque los suministros del ejército eran de sobra para
las tropas, no lo eran para la población civil y la media de
calorías consumidas por los prisioneros alemanes era de 1.550 la
misma cantidad que recibían los parisinos de promedio.
Tampoco
encuentran lógico que no hayan aparecido fosas comunes o similares.
Preguntan por los cadáveres ¿dónde están las supuestas víctimas?.
Intentando ver algo de luz
Aunque
los defensores de Eisenhower tiran por tierra los argumentos de
Bacque, no los aplastan completamente. Finalmente admiten más
muertos que las cifras oficiales, pasamos de 5.000-10.000 muertos a
35.000. Los testimonios los consideran como casos aislados,
brutalidad de algunos captores que era la excepción y nunca la
norma. La posible responsabilidad de Eisenhower podría ser
inexistente o en caso contrario muy difícil de probar.
Como
siempre la verdad estará a la mitad. Nadie cree que hubiera un
genocidio premeditado, pero en algunos campos si se cometieron
crímenes que nunca se investigaron, y que las autoridades taparon e
incluso probablemente alentaron, sino ¿que función tenía la figura
de Fuerzas Enemigas Desarmadas?, ¿para qué crearla?. Aunque todo
pudo ser mala organización, más prisioneros de los que se esperaba.
Pero como siempre nunca sabremos la verdad y cuando no hay archivos
ni información la gente tiende a pensar que se oculta algo e
imaginar conspiraciones.
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