Porsche empezó su andadura en 1946 y
sin escudo. Sus coches llevaban únicamente el nombre Porsche tanto
en la parte delantera como trasera.
Pero el mundo de las ventas es
despiadado y no tardaron en llegar las primeras quejas de Estados
Unidos, el importador de allí no veía con buenos ojos la falta de
escudo y veía que eso limitaba las ventas, así que habló con la
empresa y exigió uno.
La versión más conocida nos cuenta
que uno de los miembros de la familia Porsche (Ferry Porsche uno de
los hijos del fundador) improvisó el escudo en una cena dibujándolo
sobre una servilleta, y no se esforzó demasiado, dibujó el escudo
de la región de Baden-Württenberg y colocó en el centro el escudo
de la ciudad de Stuttgart, región y ciudad sede de la empresa.
Ferrari
La historia del logo de Ferrari arranca
en la primera guerra mundial. El hermano de Enzo Ferrari, Dino,
servía durante la guerra como personal de tierra de una escuadrilla
de aviones. La misma en la que estaba destinado el mejor piloto
italiano de la época, Francesco Baracca. Tanto Baracca como la
escuadrilla usaban un “cavallino rampante” como escudo.
El origen de este caballo tiene dos
versiones, en la primera se explicaba porque la familia de Baracca
era famosa por criar caballos en sus tierras. La segunda, y más
extendida, era que el caballo fue tomado de un piloto alemán
derribado por Baracca que llevaba un caballo dibujado en su avión,
en referencia a que dicho piloto era natural de Stuttgart. A Baracca
le gustó y lo tomó. Parece ser que la historia del derribo es
cierta pero no está tan claro que tomara el caballo de ahí.
Ferrari |
Posteriormente Enzo Ferrari conocería
a la familia de los Baracca, y la madre del piloto fue la que le
recomendó poner el “cavallino” en sus coches, porque le traería
suerte. El cavalllino se convirtió en el logo de Ferrari, y Enzo
puso un fondo amarillo, el color de Módena su ciudad natal.
Resumen
Como vemos ambas historias nos llevan a
la ciudad de Stuttgart, cuyo escudo es un caballo porque el origen de
la ciudad fue una granja de caballos creada en el siglo X por el
duque alemán Liutolf, a partir de ahí fue creciendo hasta
convertirse en la ciudad que hoy conocemos. Al parecer el caballo es
el mismo porque ambos se inspiraron en el mismo dibujo. Aunque si los
comparamos veremos que no son iguales, el de Ferrari está más
erguido y el de Porsche en cambio se ve idéntico al de la ciudad.
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