Hoy vamos a contar oscuras historias, se dice que es rigurosamente cierto, pero no daremos nombres para que nadie se sienta ofendido.
Su primer pensamiento fue para una aplicación de su anterior empresa. Pero, siempre hay un pero, en las contrataciones administrativas hay que seguir ciertas normas, uno no puede contratar con quién quiera, ¿o sí?. Existe una molesta norma en la que es obligatorio pedir tres ofertas, claro si alguna de las otras es mejor que la de los antiguos compis, vamos mal. Pero bueno, hay pequeños trucos, pidamos ofertas a empresas que no tengan una aplicación similar, así no nos la podrán servir. Dicho y hecho se pide a tres empresas, la elegida y dos más que no tengan una aplicación de ese estilo.
En principio todo sale bien, las dos competidoras comunican que no tienen nada que sirva por lo que queda expedito el camino para la empresa elegida, que en un alarde de torpeza, no entrega la solicitud a tiempo. ¿Problema irresoluble? No, que va, no hemos llegado hasta aquí para darnos por vencidos, siempre podemos trampear el registro, ponemos la entrada con una fecha anterior a la realidad y ya está, nuestra empresa elegida tiene el contrato. Nuestro director ya puede señalar la V de victoria.
¡Buf! Ha costado pero al final todo ha salido bien.
Y recordad, cualquier parecido con la realidad debería ser pura coincidencia.
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