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lunes, 11 de abril de 2016

Tungunska

El 30 de junio de 1908 una potente explosión sacudió Siberia, testigos vieron luces en el cielo, oyeron la explosión, incluso algunos fueron alcanzados por el viento de la ola expansiva; sismógrafos a lo largo del mundo detectaron la explosión, no hay duda que aquél día algo pasó.

Dada la lejanía de la zona y lo convulso de la época, la primera expedición para reconocer el área no tuvo lugar hasta marzo de 1927 y fue dirigida por el geólogo Leonid A. Kulik. Cuando éste llegó a la zona del impacto se encontró árboles tirados en el suelo en la misma dirección que cubrían el suelo hasta donde alcanzaba la vista, finalmente encontró una zona en la que los árboles estaba tirados en direcciones radiales, había llegado al epicentro del impacto. Habían sido destruidos unos 2.200 km cuadrados de bosque y 19 años después no se había recuperado. Afortunadamente era una región despoblada y no hubo daños personales. De caer en una zona poblada o en el mar generando tsunamis los muertos se contarían por cientos de miles. Hubo tres expediciones más, 1928, 1929 y 1937, lo tardío de la última fue por las purgas de Stalin. Durante la guerra Kulik murió en un campo alemán de prisioneros en 1942.
  
Imágen zona del impacto
Hay varias teorías sobre el impacto. Empezaremos por la más divertida y luego pasaremos a las serias.

Nave espacial

Existe la teoría del impacto de una nave extraterrestre. Sus defensores aducen niveles anormales de radioactividad en la zona y crecimiento anormalmente rápido de los árboles. Lamentablemente esas niveles de radioactividad solo aparecen cuando miden ellos y el crecimiento rápido se produce después de cualquier incendio. La idea de esta teoría partió del escritor de ciencia ficción Alexander Kazantsev en 1946.

Antimateria y agujeros negros

Se ha postulado que lo que se estrelló fue un fragmento de antimateria, no resulta muy creíble puesto que la antimateria explota en contacto con la materia y es imposible que llegara tan cerca de la superficie sin explotar.

La teoría del agujero negro sugiere que entró por Siberia y salió de la tierra por el Atlántico. La explosión de Tungunska sería el rastro de la entrada, pero no existe ninguna señal de la salida.

Gas Natural

Otra explicación sería una explosión de gas natural. Al ser una zona deshabitada y no existir testigos cercanos, solo hay testimonios del ruido de la explosión y de una luz lejana no necesariamente un objeto volante.

Meteoritos

Una de las teorías que más gusta siempre es el meteorito. En este caso no encaja puesto que nunca se encontró un cráter. Otro inconveniente es la falta de restos del meteorito aunque estudios recientes han encontrado por fin rastros en la zona. 

Lago Cheko
Otros estudios aseguran que el lago Cheko cerca del supuesto epicentro es en realidad el cráter del impacto, aunque esta teoría tiene un par de pegas, los científicos datan la edad del lago en 5.000 años y lo consideran demasiado lejano al epicentro de la explosión (7 km en algunos puntos).

El cometa

La teoría más aceptada es la del cometa. Un cometa de hielo de 40 m de diámetro y 50.000 toneladas de peso explotó a 8,5 km de altura y provocó el desastre. La explosión fue producida por la diferencia de temperatura entre el frío interno y el calor externo que se produce por el rozamiento con la atmósfera. La voces discordantes opinan que el cometa se hubiera deshecho poco a poco mientras atravesaba la atmósfera. 
Imagen de un cometa
Recientemente se ha descubierto que los gases de los transbordadores espaciales generan nubes noctilucentes en la zona, las noches especialmente brillantes que se vieron en los días posteriores al impacto de Tunguska apreciándose incluso en Gran Bretaña se explicarían por estas nubes. La cola de un cometa es lo único que podría provocar este efecto apreciado en los transbordadores. El cometa parece ser la teoría más sólida, pero de momento no deja de ser eso una sólida teoría.

Conclusiones

Teorías hay muchas, las mejores apuntan a un cometa pero creo que el misterio no se aclarará probablemente nunca. Quizás solo si vuelve a ocurrir algo similar y entonces dudo que volvamos a tener la suerte de que sea una zona deshabitada.

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