Ya tenemos revuelo en la Universidad
con el paso de los grados de cuatro a tres años, algunos ya se están
rasgando las vestiduras y poniendo el grito en el cielo. La verdad, a
veces pienso que nuestra universidad no es tan mala como parece, es
mucho peor.
Contemos la historia por el principio,
cuando se implantó Bolonia en los años de Zapatero (cuantos
desastres nos dejó), se tomó la decisión de un modelo de 4+1
(cuatro cursos de grado y máster de un años), en el 90% de los
países europeos se optó por un 3+2, la elección española es
difícilmente defendible puesto que el sistema aquí era ya de un 3+2
(diplomatura + licenciatura), por lo que el 4+1 era más caro, más
complejo y nos alejaba del resto de Europa, pero al parecer fueron
las propios rectores los que presionaron para conseguir el 4+1, nadie sabe en qué pensaban.
Con los años se han dado cuenta de lo
absurdo de la situación, y han dado marcha atrás, en cambio nuestra
Universidad aprovecha para criticar a Wert (ha hecho muchas cosas
mal, pero este desaguisado no es culpa suya) y defender un sistema
que solo ha traído problemas de homologaciones y que ha llenado los
bolsillos de las Universidades con cursos de adaptación a grado de
dudosa utilidad y alto coste (quizás esté aquí la causa de la
resistencia al cambio, era dinero fácil para las universidades).
La mejor crítica que tienen ahora es
que se encarece la enseñanza, pero no es real, este encarecimiento
es debido al coste de los créditos de un máster, no a que un modelo
3+2 sea más caro que un 4+1, la culpa no es del modelo sino de la
subida de precios. Desafortunadamente el señor Wert no es ninguna
mente preclara y piensa dejar libertad y que se pueda elegir entre
3+2 y 4+1 lo que hará más caótica la situación (lo que pasa
cuando se quiere contentar a todo el mundo). Con lo sencillo que
hubiera sido un 3+2 desde el principio.